Estábamos creando también una ruta para poder publicarla al año siguiente, India sería un nuevo destino para asociación y lo que no imaginamos fue lo que nos encontraríamos en busca del origen del Ganges. El parque nacional de Gangotri no es un destino muy famoso para el turismo occidental y esconde rincones mágicos con una naturaleza hermosa y excitante por descubrir.
Conocer Gangotri me llamó especialmente la atención, el primer pueblo que encuentra el río Bhagirath antes de seguir su curso (llamado así antes de convertirse en el Ganges). El lugar respira un ambiente especial de paz e historia, sin duda, uno de esos lugares enigmáticos del planeta donde te apetece quedarte varios días e integrarte con los pueblerinos. Pero esto fue solo el comienzo, seguir el curso del río una vez abandonas el pueblo y te adentras por el valle del parque es una de las mejores experiencias que he vivido caminando por la montaña.
Lo que lo convierte en un lugar especial más allá de los paisajes o los cielos rodeados de picos nevados, es seguir el curso del río y sus aguas cristalinas hasta el glaciar de Gomukh de donde nace. No me extraña que tantos peregrinos devotos del hinduismo vengan a visitar el lugar.
Al fondo del valle conforme asciendes, vas visualizando frente a ti como crecen las montañas de Baghirath con una presencia que se te queda grabado en la retina y que nunca podré olvidar. Cruzar el glaciar, conocer a los Babas que viven en el campo base de Tapovan o visualizar la fauna del lugar es sin duda parte de la recompensa que recibes conforme avanzas, un lugar al que tengo muy claro que me encantará volver.
No me extraña que al llegar a Rishikesh dónde comenzó el viaje, le llamaran a la ciudad las puertas del Himalaya.