De vuelta a casa,de vuelta a la rutina,intentando gestionar todas las emociones vividas.

Siempre quise ir al desierto,pero por cosas de la vida mi primer contacto con la asociación fue el treking por el Atlas,maravillosa también,pero este último,el desierto tiene algo que no se puede explicar,hay que sentirlo,hay que vivirlo y aún así nunca encontraras palabras suficientes para expresarlo.

No es cuestión de idiomas,ni de culturas,ni religión,es cuestión de sentidos, porque no hay un idioma más universal que los sentidos,tocar,mirar y sonreír sin más,que comunicación más real,más de verdad,sin esperar nada a cambio.

Que cultura,que gente,que corazón,que belleza,que hospitalidad,que real todo. Que contradictoria es la palabra pobreza,pobre no es aquel que no tiene dinero,es aquel que no tiene valores y el pueblo beréber es rico en valores,es rico en vida y así lo trasmiten.

Nosotros aquí a ritmo rápido,pensando que estamos viviendo y olvidándonos de lo que ellos mejor hacen sentir o simplemente vivir.

Pueblo beréber,pueblo nómada,dan tanto y enseñan tanto en tan poco tiempo que hasta yo con 1.75 cm de altura me siento chiquitita a su lado.

La magia del desierto,la magia de su gente,la magia de esta asociación murciana,la magia de todos los que tenemos ganas de trasmitir sonrisas,simplemente la magia de la vida..

Posdata:
El racismo se cura viajando..
Ellos son extranjeros aquí,nosotros somos extranjeros allí..
Gracias a Viento norte sur,por darme esta oportunidad maravillosa…
Repetiré porque una vez que se entra,no se puede salir..
Gracias Desierto amarillo