A todos los que hicisteis posible esta hechicera experiencia: GRACIAS!!

Aún cargados de bultos, nos metimos en aquel barco con las mochilas vacías para traerlas repletas de vehementes emociones.
Nos vimos sorprendidos por la metamorfosis que sufrieron las caras desconocidas del puerto, que se convirtían en focos de calor que nos obsequiaban con una transparencia y un cariño que medraban diligentes cada vez que nos cruzábamos con la mirada que las gobernaba.

Gracias por volcaros ideando juegos que nos unían en discretos lazos que definían a los autores de uno de nuestros mejores capítulos.

Gracias por acercarnos a la cultura bereber, por brindarnos la oportunidad de disfrutar de su hospitalidad y de descubrir una sabiduría reservada para quienes no temen vivir la vida con la complicada sencillez de hacer de la tierra y de su propia esencia una sola pieza.
Gracias por dejarnos compartir un poco de aquello que nos sobra con quienes nos regalan fuerza para abrir los ojos.

Gracias porque nos revelásteis el lugar donde los sueños bajan al desierto en busca de su autora alma soñadora para estrecharle la mano.
Nos revelásteis el lugar donde uno se siente un ser pequeño y efímero pero acunado por una inmensidad que transforma su alma en un ente soberano que le desvoca.
Nos revelásteis el lugar donde uno se estremece si se detiene a escuchar el viento, que nos revela que nuestros sueños permanecerán latentes esperándonos mientras nos atrevamos a soñar.

Gracias porque sin vosotros no hubiéramos tenido la oportunidad de quedarnos atrapados en cada instante en que el cielo, danzando al son de los tambores y enmarcado con la magia del fuego, nos atrapaba con su majestuoso manto.

Gracias porque derrocháis amistad, justicia y una lucha invicta a las miradas vacías y la corrosión que gobierna en este pobre mundo al que injuriamos.

Gracias por asentar en nosotros la certeza de que es posible no andar en vano y vivir poniendo el alma en cada paso.