Hay muchas formas de involucrarnos con las comunidades locales y apostar por un turismo sostenible y comprometido. Viajar respetando los lugares que visitamos ya no es una simple opción: se ha convertido en una obligación. Y es más sencillo de lo que parece; solo hay que saber dónde gastar el dinero, porque eso es lo que marca la diferencia.

1. Alojarnos en casas particulares junto a los anfitriones

Renunciar a las estancias de hotel y hacerlo en casas privadas hace que nuestro dinero revierta directa­mente en la comunidad del lugar que visitamos al tiempo que nos da un acceso más inmediato a la cultura local. 

2. Practicar el turismo de comunidad

Visitar pequeños pueblos y aldeas alojándose en casas particulares y colaborando con la comunidad es una forma de vivir una experiencia diferente y tal vez volver a casa con otra perspectiva del mundo.

3.  Apostar siempre por los guías locales  

Un guía local puede darnos una visión del destino interesante y, sobre todo, auténtica, proporcionándonos una mayor y mejor conexión con el país. Por norma, la gente que vive en una zona es la que mejor la conoce: su fauna, sus paisajes y leyendas.

4. Evitar franquicias y comer en restaurantes independientes

El turismo sostenible también implica abstenerse de las cadenas o franquicias de restaurantes internacionales y comer en locales independientes. Es una de las formas más sencillas y fáciles para marcar la diferencia. Y además, ¿qué puede ser más sabroso que descubrir un destino a través del paladar? Es muy importante elegir bien los platos; a menudo las especiali­dades regionales usan ingredientes de la zona en vez de importados, por lo que el dine­ro que pagamos tiene un efecto doble­mente positivo.

5. Comprar artesanía local para evitar su desaparición

Los recuerdos son un pedaci­to de cultura que nos llevamos a casa, y lo más recomendable es comprar artículos hechos en la zona, lo que suele suponer un incentivo económico para mante­ner vivas tradiciones artesanales en peligro de desaparición.

6.  Apoyar a productores locales

Ir directo a la fuente de las mejores exquisiteces del mundo es predicar con el ejemplo y apoyar además a los productores locales.

7. Pasar a a la acción y unirse a iniciativas sociales

Dar algo a cambio de todo lo que nos llevamos de vuelta en cada viaje es un pequeño paso para lograr que el mundo sea un poco mejor, pero sobre todo para sumergirnos culturalmente en el destino y tomar conciencia medioambiental de sus problemas.

8. Menos selfis y más altruismo

Si el tiempo no es impedimento, hay un sinfín de opciones para echar una mano, desde ayudar en la conservación de fauna en una reserva africana hasta colaborar reconstru­yendo casas tras una catástrofe natural. Algunas personas no se animan a embarcarse en un viaje de voluntariado precisamente porque tienen pocas vacaciones, pero la verdad es que hay muchas formas, por peque­ñas que sean, de ayudar cuando se viaja, como participar en la conservación de tortugas marinas en Sri Lanka o en el cuidado de elefantes en Tailandia.

9. Convertirse en un ciudadano científico 

La investigación científica y medioambiental necesita hoy más voluntarios que nunca. La ciencia ciudadana permite a la gente corriente colaborar con expertos monitorizando, midiendo y regis­trando todo tipo de datos, desde una especie animal rara hasta el cielo nocturno, para comprender y proteger mejor el mundo en el que vivimos.

10. Aprender de las culturas indígenas y respetarlas

El respeto por la cultura y las tradiciones ancestrales de los múltiples pueblos que habitan el planeta es una tendencia al alza. Quizá el argumento más poderoso para experimentar el turismo indígena responsable es que cambia la visión del mundo que suele tener el viajero occidental. A cambio, los viajeros ayudan a los nativos a preservar su arte, su artesanía y antiguas técnicas de su estilo de vida para generaciones futuras. Ahora bien, es esencial asegurarse de que las experiencias sean realmente respetuosas, que involucren a los grupos indígenas y que estos se beneficien de cualquier operación.