Si, la verdad es que todavía estoy movido por la experiencia, son muchas las cosas que viví en tan poco tiempo que a veces tengo la sensación de estar allí.

He vivido una de las experiencias más gratas y maravillosas de mi vida. He convivido con unas personas maravillosas, sencillas, humildes y limpias, he notado su cercanía, su entrega y su hospitalidad, de la misma forma yo me he abierto y entregado a ellos, fue una convivencia de igual a igual, me he sentido parte de ellos y ellos conmigo igual, percibía que eran mi verdadera familia. La interrelación que tuve con ellos fue fluida y cercana, en ningún momento me sentí condicionado por nada, si tengo que poner un impedimento para que nos entendiéramos bien fue el idioma, pero no le doy mucha importancia porque solo con las miradas y los gestos nos entendíamos, estoy seguro que nos entendíamos mas con el sentimiento, en los días que estuve con ellos participe todo lo que pude de su vida cotidiana, tanto es así que no tuve mucho tiempo de relacionarme con los vecinos del pueblo, participe de sus labores diarias, como por ejemplo: colocar ladrillos, dar de comer a los dromedarios, un día fui al campo con Sahara y una vecina a coger leña y hierbas para los animales, le ayude a Hassam a aparejar a los dromedarios, el día que fui con el de guía al desierto le ayude en todo lo necesario, fue una bonita experiencia hacer noche en el desierto. No sé porque pero en los días que estuve con ellos me sentí enérgico, alegre con mucha vitalidad y ganas de vivir. Me sentí muy bien con Offto la madre de familia, no sé porque pero cuando estaba a su lado me sentía muy En Paz y En Gracia.

Son muy ricos de CORAZON  y eso es lo que importa.

Eduardo