El Atlas, destino de nuestro Trekking solidario, es un sistema montañoso que recorre durante 2400 km el noroeste de África, desde Túnez hasta Marruecos. Su pico más alto es el Toubkal, con 4167m, al sudoeste de Marruecos, que incluso es visible desde la ciudad de Marrakech. Su población es fundamentalmente bereber en Marruecos y árabe en Argelia y conforma un destino altamente cultural, contando a sus pies con el parque nacional de Toubkal, por donde pasa el lago Ifni, una magnifica extensión de agua situada en el medio de un paisaje de impresionante belleza mineral, y con pequeñas ciudades como la de  Aït Ben Haddou, situada en el centro del Alto Altas, declarada en 1987 como patrimonio de la humanidad y uno de los destinos de nuestro viaje.

El Alto Atlas es, definitivamente, el otro Marruecos. El que se aleja de la algarabía de los laberínticos zocos abarrotados de especias y babuchas, de polvo y voces que porfían en el cansado rito del regateo. El que también deja atrás los pueblos azotados por los vientos del Atlántico y las playas de arena amarilla, donde al caer la tarde los marineros reparan sus redes a las puertas de sus casas encaladas.

El Alto Atlas es el Marruecos de la soledad y el silencio. De la nada cercana al cielo. De un entorno de resonancias prehistóricas, abandonado y desnudo, alterado tan solo por diminutas aldeas que cuelgan de la pendiente, donde los bereberes viven como si nada hubiera acontecido desde el principio de los tiempos, como si la existencia se hubiera congelado en sus prácticas ancestrales. Más allá de estas cumbres la tierra dirá adiós a los oasis, los pastos y los pequeños cultivos para ir ganando en aridez hasta acariciar la antesala del mayor desierto del mundo.

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