Ha sido muy emocionante poder convivir con los moradores de las montañas de Sapa, ver su forma de vida e interactuar un poco con ellos. La visita a Hanoi espectacular. Me gustan las ciudades caóticas,  con ese tráfico tan atroz y esas casas tan destartaladas, y a la vez tan organizadas en su propio caos. La zona de Ninh Binh una maravilla, me llamo mucho la atención las plantaciones de arroz en la llanura y con esas formaciones kastricas alrededor,  le daba un ambiente mágico. En resumen, un viaje para recordar.