ESSAOUIRA

El periodo de divagación sobre la toma de decisión ante el viaje solidario de verano se reduce al 80% después de pasar por Merzouga. La respuesta fue rápida:

– ¿Podéis?

– Podemos

– Vamos, ¿no?

– VAMOS

Este fue el diálogo que mantuve con mis compañeros de viaje. Repetidores de aventura, viajando sobre seguro, sobre un colchón sobre el que sabíamos que podíamos caer tranquilos.

Albergue bonito, auténtico y acogedor. Ya sabíamos que ese iba a ser nuestro escenario donde reposar tras los periodos de aventura y tomar té, ¡té del bueno! ¡otra vez!

Tomar un té en el salón de otra cultura, sensación de cuento.

No hizo falta alfombra mágica.

Cambio de aires.

Cambio de dunas por costa con mar Atlántico, negocio de pescado fresco, marineros con barcas, turistas, calles repletas de puestos de miles de especias, babuchas, alfombras, cachimbas, dulces y tés variados. Cultura a pie de calle entremezclada con los turistas. La misión era diferente pero la ilusión era idéntica a la primera vez.

Los niños del orfanato de Essaouira, protagonistas de la parte más humana de nuestra aventura, nos esperaban para recibir las donaciones: material escolar, libros, lápices, ropa, calzado, alimentos, medicinas y juguetes. Lo que nosotros ya no necesitamos para ellos es de primera y básica necesidad, para su salud, para su educación y para su ocio.

Emoción por tus lápices.

Tan agradecidos…

La sensación de pánico se apoderó de nuestras piernas por unos instantes. Es una mezcla de emoción y miedo, a porcentajes iguales. Transmitir y dar cariño a niños tan vulnerables, tan especiales, no es tarea fácil cuando aterrizas por primera vez en un campo tan delicado, pero la ilusión de sus miradas se apodera de ti poco a poco hasta que entras en sintonía.

A partir de ese momento es un no parar de emociones, del principio hasta el final. Orfanato bonito, igual que sus cuidadoras. La gente bonita del orfanato ha conseguido transmitir su esencia a las paredes. Intentaron explicarme los dibujos que adornaban las habitaciones pero no tengo ni idea de francés. Adiviné el significado por la calidez de sus gestos.

Siempre había oído que las miradas y las sonrisas son un lenguaje universal.

Es verdad.

Las calles de Essaouira te envuelven de mar y de arte. Las exposiciones de dibujos y pinturas de artistas de la zona eran espectaculares. Los talleres, con pinceles, pinturas y carboncillos…mis mismas inquietudes pero en escenario marroquí. Inolvidable.

Artesanos de la madera nos enseñaron los entresijos de su oficio. Nunca me había planteado la cantidad de piezas talladas y perfectamente confeccionadas para encajar que pueden llegar a formar una mesita para tomar té. Nuestras visitas posteriores a los puestos de madera de los mercados fueron muchísimo más valoradas y con fundamento. Tener conocimiento de lo que nos envuelve nos permite no caer en el error de infravalorar el trabajo ajeno. ¡Aquí hay artistas por todos lados!

Y para artistas y trabajadoras, las mujeres de la cooperativa de aceite de Argán, tan divino líquido dorado, preciado por sus múltiples propiedades. Cuando vimos el proceso de producción, se convirtió en un producto más preciado por todos, si cabe.

Las cabras subidas en el árbol de argán, otras grandes artistas. Se han convertido en un icono, ¡no me extraña!

Cada vez que regresábamos al albergue y caíamos en los cojines, la expresión de nuestras miradas decía muchas cosas, cosas diferentes a las que podíamos expresar antes de aterrizar en Essaouira. Los masajes bajo la tenue luz del salón fueron un canal maravilloso para sentir en el peso de nuestras emociones en nuestra espalda, un peso placentero.

Cuando siento que me falta aire, me imagino en la playa desierta que unía tierra y mar a través de las dunas.

Cuando se disfrutan viajes así, nuestro cuerpo experimenta sensaciones que nunca había percibido, nuestra mente piensa cosas que nunca había pensado y nuestra conciencia se alimenta de un comer que nunca había tenido. Por eso, cada experiencia es incomparable.

Vayas donde vayas, disfruta de lo que veas.

Guarda para tu alma todo aquello que puede engrandecerte emocionalmente en tu vida occidental.

Yo sigo emocionada.