Una experiencia muy enriquecedora.
Ir a un país tan distinto como la India es siempre un reto, más aún si vas a un ambiente con sus complicaciones intrínsecas como el Himalaya. Pero yendo con tan buena gente como con la que coincidí, y con la ayuda de alguien como Antonio, que sabe cómo moverse y lidiar con la forma de ser de los indios, hace de esta experiencia tan enriquecedora una memoria imborrable.
Llegar a Tapovan es un gran premio para todos los que dormimos allí que recompensa el viaje, pero hubiera sido aún mejor poder habernos quedado allí otro día como era el plan. No dependió de nosotros, sino de que el ejército nos dejara, y por eso entiendo que el programa se cumplió.
Dar un voto muy, muy positivo al equipo de cocina durante la ruta. Pensé que íbamos a comer poco y mal, y todo lo contrario. Dentro de las limitaciones que se tienen en la montaña, creo que comimos en cantidad y muy rico. Comida propia de la India, lo que hace la experiencia más auténtica.
El paisaje del Himalaya es espectacular. Es algo que quería ver desde hace años y que ha cumplido totalmente mis expectativas.
Aparte de esto, que era para lo que iba, me gustó mucho el ambiente que se generó. Obviamente en un grupo de 24 personas se crean subgrupos por afinidades o edades, pero creo que todos pusimos nuestro granito de arena para que todo el mundo estuviera bien y llegara lo más arriba en la montaña que sus fuerzas le permitieran.