Esta era la primera vez que pisaba África con toda su extensión. Ha sido una experiencia difícil de evaluar porque para mi ha sido realmente increíble y gratificante. Sabes esa sensación de deja vu, cuando sientes que una parte de ti corresponde a ese lugar? Eso me ha pasado a mi en Senegal.
Llegué con muchas ganas de aprender y disfrutar de la experiencia, pero también con muchos miedos; miedos que te meten en la cabeza tus propios familiares sin conocimiento de lo increíbles que son estas personas, este país y esta cultura.
Haber tenido la oportunidad de hacer esta estancia solidaria con Viento Norte Sur y la asociación Keur Talibe Ndar es algo que me ha cambiado la vida. Meterte de lleno en Sant Louis, observar de cerca las condiciones de vida que tienen estas personas, la amabilidad y afabilidad que tienen con las personas, seas extranjero o local, la humildad y generosidad de todos ellos, en especial del equipo de trabajo de la asociación (Irene y Modou en especial que nos hicieron la estancia más sencilla; y todos los demás compañeros: Awa, Adele, Samba, Jack, Amadou x2, …). Es una experiencia única para vivir una vez en la vida, si eres conformista, o para repetir, si eres aventurero como yo.
Meterte en las daaras, aportar un pequeño granito de arena para mejorar la situación de esos niños talibe, que aunque no sea mucho, es un tiempo realmente bien invertido. Ofrecer ayuda en necesidades básicas (lavado, vestido y curas); compartir comida con gente local; conocer gente autóctona; disfrutar de sus costumbres y añadir un poco las tuyas; olvidar las diferencias sociales y por un tiempo ser tu mismo, sin juicios de valores, de etnias ni de culturas.
Una experiencia de crecimiento personal y espiritual, que aunque me supo a poco, porque me hubiera gustado pasar más tiempo allí colaborando con ellos, me ayudo a determinar caminos en mi vida.
Así que si debo valorar esta experiencia la determino con un 11 sobre 10, porque es mejor de lo que hubiera esperado nunca.
Gracias por hacerlo posible.