Experiencia brutal la convivencia con una familia senegalesa. Muy enriquecedora en todos los aspectos. Primero, porque me he sentido muy querido en todo momento. Segundo, por las muestras de agradecimiento que mostraban siempre que les ayudaba en algo o simplemente al hacer lo que ellos hacían.
Finalmente, por los buenos valores que se transmiten en la familia como: generosidad y solidaridad con los vecinos y familiares que menos tienen; trabajo y esfuerzo; respeto por las personas mayores, etc.
Quisiera añadir también, que aunque todos los niños de la familia contribuyen con la economía familiar trabajando y ayudando en las tareas domésticas y de agricultura, no dejan de jugar y divertirse en todo momento y son muy felices.