No se como comenzar a contaros “mi viaje”, pero supongo que si empiezo por el principio estará bien. Así que ahí vamos.
Todo comenzó con una visita al Facebook en la que aparecía una actividad muy atractiva a primera vista, tras indagar un poco, ví que se trataba de un viaje solidario organizado por una asociación dedicada a la Cooperación y que se iba a desarrollar en un zona de Marruecos que es una pasada, he de decir que hasta este viaje desconocida la existencia de los viajes solidarios en sí y concretamente a la asociación Viento Norte –Sur.
Así que tras hablar con Noe, decidimos embarcarnos en esta nueva y singular aventura para nosotros (hasta este momento nunca habíamos realizado ninguna actividad de este tipo).
Al principio para mí, el hecho de ser una actividad para un grupo tan numeroso me echaba un poco para atrás, un grupo tan grande y heterogéneo puede ser una bomba de relojería, puede ir todo súper bien (como ha sido) o puede ser un auténtico infierno.
De que todo allá ido tan bien, tengo que dar las gracias a todo el grupo por la parte que les toca, pero principalmente a Miguel y Nacho por la fantástica gestión del grupo que han hecho, desde que nos subimos al ferry hasta que llegamos a Almería sanos y salvos. Creo que la actividad ha estado organizada de forma excepcional, mover un grupo tan numeroso conlleva muchísimas horas de trabajo, organización, coordinación y entraña gran dificultad, para que todo vaya como la seda. Si no acordaros de la hazaña que se marcaron Jesús “el Bigotes” y Claudia, el día que nos dejaron que fuésemos un poco a nuestro aire – que es lo que mola- hubo algunos momentos de tensión y preocupación que ahora recuerdo como una anécdota más del viaje (graciosa al escucharla de sus protagonistas).
El recorrido para mi ha sido de diez, impresionantes contrastes, colores, la luz, esos cielos, paisajes, miles de imágenes que se quedan en la retina de cada uno para siempre.
El tiempo, para mí ha sido genial, nieve, viento, lluvia, frío, calor, sol, nubes … que más se puede pedir, en una semana hemos pasado por todas las estaciones del año en Marruecos, con todo lo que ello conlleva.
El trato con las gentes de los albergues, pues super cercano y muy buen rollito en general, a pesar del intento de motín y linchamiento del último día jajaja!!!. También me acuerdo del buen rollo de la última excursión que hicimos al palmeral, que comenzó con una conato de rebelión al guía una muy soleada mañana y terminó como uno de los momentos más enriquecedores, para mí, del viaje, cuando estuvimos con todos los chavalines que salieron a nuestro encuentro.
La comida genial, gastronomía marroquí a tope, para mí perfecto, pero he de decir que los huevos fritos con patatas del último día estuvieron cojonudos (me comí dos platos).
Los alojamientos perfectos (mi forma de viajar esta muy acorde con ellos) a pesar de las colas para los aseos, (al final era un poco como la política de los submarinos de “cama caliente” jajajaja).
Y el éxito total del viaje para mí ha sido el buen ambiente y buen rollo que entre todos hemos creado durante todo el viaje. Creo que es muy difícil conseguir algo así en un grupo tan numeroso y heterogéneo. Me quedo con las conversaciones tan interesantes y dispares con cada uno de vosotros, la miles de risas, cachondeitos y paridas que nos hemos ido marcando a lo largo de todo el viaje y que han hecho que nos conozcamos un poquillo y hayamos disfrutado juntos en esta aventura.
Ah!! Y la boda, fue la ostia!!! Jajajajajajajaja
Como solo tengo un folio para contaros por encima mi experiencia aquí termino.
Un abrazo fuerte a todos.
Pablo