Por dónde empiezo, es tan emocionante hablar de este viaje solidario al desierto con vosotros, que me cuesta reorganizar todas las ideas que hay en mi cabeza.
He estado viendo las fotos esta misma mañana y sé que ha sido una experiencia inolvidable de aprendizaje, de convivencia y de intercambio cultural. La gente, lo mejor de aquí y de allá, los monitores tan atentos a todo y tan cálidos en el trato, han sido un ejemplo de cómo establecer relaciones nuevas y sinceras, los compañeros de viaje tan abiertos a lo nuevo y tan participativos, y nuestros vecinos bereberes tan diferentes y tan cercanos al mismo tiempo. En fin, un placer con mayúsculas, de los que merece la pena repetir.
He aprendido a vivir el tiempo de una manera diferente, relajada pero útil, disfrutando mucho de lo que me rodea al percibirlo con calma, y eso es algo que me gustaría conservar a pesar de las presiones externas, pero sobre todo de mis propias presiones internas. Me planteo también la actitud tan competitiva que solemos tener en comparación con nuestros vecinos, si elimináramos parte de esa competitividad en nuestras relaciones, ganaríamos mucho. Ahí lo dejo! Soy la primera que se va a aplicar el cuento.
El desierto, como espacio geográfico impresionante, te atrapa, pero al final vuelves a tu realidad y tienes que recomponer lo vivido intentando aprovechar al máximo las oportunidades de seguir mejorando como persona dentro de tu grupo social.
Por otro lado, mi parte del cerebro que lo analiza todo una vez que las emociones aflojan un poco, me dice que puedo seguir pensando en este viaje con otras miradas…
Lo primero que ves cuando analizas la situación es obviamente los desequilibrios económicos, políticos y sociales entre las diferentes culturas. Me hubiera gustado tener más poder de decisión para cambiar esto, pero no hay que ser ingenuo, el “poder con mayúsculas” sirve a intereses que no tienen nada que ver con la gente sencilla. Sin embargo hay un “poder doméstico” que tenemos cada uno de nosotros para interpretar lo que sucede a nuestro alrededor de una manera crítica, desde cómo nuestra cultura occidental se impone en el resto del mundo de forma prepotente la mayoría de las veces, cuando se traspasa la linea que separa la solidaridad de la caridad, y hasta qué hacemos con nuestro dinero, cómo queremos gastarlo y con quién.
Y hablando de crítica, siempre constructiva, pienso que nuestro viaje puede convertirse perfectamente una “ruta turística exótica con cajas de donaciones”, y no es que esto sea malo ni bueno en sí mismo, pero creo que el objetivo, tal cual yo lo veo, debe ser algo más. Yo siento como que me han invitado a participar de manera un poco más intensa en este escenario. Por cierto, tenemos que dejar de decir tanto “yo, mío” y pasar al “nosotros, nuestro”, otra de las mejoras que me propongo.
A lo que iba, participar, colaborar, vamos a llamarlo como queramos, pero hay que ponerse las pilas, en el trabajo, con la gente que nos rodea, intentando provocar formas de pensamiento más abiertas. Ahora, sobre todo con los últimos atentados, estamos sufriendo la presión que se ejerce sobre todo lo relacionado con el Islam, sin ningún filtro. Tenemos vecinos que vienen a España a trabajar honradamente, con sus hijos matriculados en nuestras escuelas y que están siendo despreciados. Para los que somos del ámbito de la educación formal hay un gran trabajo que hacer por este lado, mis compañeros maestros lo saben muy bien. Podemos compensar desde nuestros centros de trabajo esta desigualdad en nuestro contexto más cercano.
Por otro lado si observamos, donde vivimos hay poblaciones de diversa procedencia y no solemos mezclarnos, incluso aunque estemos en los mismos bares. Si nos esforzamos por conocer otras costumbres, los falsos estereotipos (musulmán= terrorista) caen más rápidamente y nos enriquecemos en todos los sentidos. Estas pequeñas acciones pueden complementarse, por supuesto, con las propuestas de “Viento Norte/Sur” sobre voluntariado, que me parecen interesantísimas.
En fin, sigo pensando cosas que podemos mejorar, y por supuesto agradezco a las personas de la organización esta oportunidad de concienciación social que nos han regalado.
Un abrazo chillao de la Cari