Lo primero de nada mi agradecimiento a la asociación “VIENTO NORTE SUR” .Gracias por dejarme compartir estos viajes junto a vosotros. Mil gracias MIGUEL y JUAN.
Para mí no ha sido solo un viaje. Es una experiencia tan bonita que me ha agitado por dentro y ha hecho que salga lo mejor de mí. Es difícil plasmar en un papel todos los momentos vividos, mis palabras me parecen pequeñas ante la inmensidad que siente mi corazón.

VIAJE AL DESIERTO.

Fue mi primer viaje con vosotros.
Sentí una gran emoción, la idea de turismo solidario me fascino. Siempre quise vivir una experiencia de este tipo. Viajar a lugares difíciles, aprender, descubrir sitios que te hagan pensar que y quien quieres ser. Pero por miedos y prejuicios nunca llegaba. Y surgió de repente, cuando menos lo esperaba y más lo necesitaba. Casi no llego me apunte el último día.
Jamás había estado en el desierto. La sensación de ver solo arena ante mis ojos, sentir la inmensidad de la nada. Ver atardecer sobre la cima de una gran duna, el silencio. Dormir bajo las estrellas como si pudieras cogerlas y contemplar la salida del sol sobre un dromedario. Todo es un espectáculo fascinante.
Los pueblos pequeños siempre me han cautivado. Es donde observas la sencillez de sus gentes y aprecias la verdad de su cultura y sus costumbres. Allí comprobé que existe gente maravillosa y muy hospitalaria. Te abren sus puertas, te invitan a té e intentan ayudarte. Gente con casi nada puede llegar a ser muy feliz, como luchan día a día para sobrevivir con una sonrisa. ¡ Me hizo reflexionar !.
La vida de Aisha me erizo y me conmovió. Que coraje de mujer.
Gracias a nuestro amigo y guía Mohamed, sin él nada hubiera sido posible.
Y todo esto y mucho más junto a un grupo de personas “fenomenales”. Que más se puede pedir.
Pero sin duda lo que más me emocionó fueron los niños. Momentos muy especiales, nada comparable lo que das a lo que recibes.
Me pareció tan gratificante este viaje que no dude en apuntarme al segundo.

ESSAOUIRA.

Mi segunda vez en Marruecos.
Me apunté sin pensarlo, aunque con una novedad ya que este viaje lo afrontaba sola, decir que es una de las mejores decisiones que he tomado. Conocí gente con inquietudes similares a las mías. Compartí afinidades que me aportaron mucho en muy poco tiempo. Nunca pensé que en este viaje hubieran tantos sentimientos, no puedo explicarlo. Solo sentí, sentí y sentí más. Hay gente con un gran corazón, que me gustaría tener cerca de mí siempre.
Essaouira merece ser visitada. Nos alojamos a pie de la medina, donde se encuentran los zocos, atravesamos sus laberínticas calles llenas de mercancía. Me fascinan estos rincones, donde simplemente con pasear te encuentras integrada y conoces su gente. Disfruté mucho de su ambiente, me apasiona ver tanto arte en las calles.
Otro día fuimos a Tafani. Un pequeño pueblo de pescadores con una playa preciosa. Que gran día pasamos. Aquí espero y deseo que surjan grandes proyectos.
Visitamos la cooperativa de aceite de Argán, donde apreciamos de cerca el trabajo de las mujeres y el método de extracción del aceite.
De los viajes mi gran ilusión y lo que más me ha conmovido han sido siempre los niños. Me roban el corazón.
ORFANATO DARNA: estoy y sigo emocionadísima. El afecto que recibí de esos niños me ha dejado huella y ha afectado profundamente a mi vida. Me enseñaron sus bailes, sus juegos y sus cosas de niños. No agradecieron tanto lo material, como nuestros abrazos y muestras de cariño. Cambiaron mi mundo.
Valoremos lo que tenemos en nuestra vida. Comprobé que con una simple sonrisa, tenemos el poder de cambiar el mundo.

Si estáis pensando, deseáis y queréis disfrutar de una experiencia única. Yo os recomiendo estos viajes por su intensidad y capacidad para emocionar.
Poco más que decir, que espero que se cumplan muchos proyectos. Daros las gracias por enseñarme un país maravilloso, por unas sensaciones que no olvidaré y que han marcado mi vida. Para mí se presenta una nueva etapa. Deseando volver a vernos en otra.
Gracias por vuestro cariño y cuidarnos tan bien.
“CREA TU PROPIA VIDA, ENCUENTRALA Y LUEGO VIVELA”.

A todos los que encontré en este
camino, gracias.
Sandra Robles.