Por fin os escribo mi experiencia, he tardado porque esperaba a estar inspirada. Espero poder expresar lo que allí viví.

Soy una persona de extremos, pase de vivir en el círculo polar ártico a que mi siguiente viaje fuera el desierto. Llevo años coleccionando arena de los distintos sitios en los que voy, me traigo un trocito de arena de cada sitio que visito, para tener parte de esa tierra que me atrapa.

Gracias a vosotros pude levantarme un día y ver el desierto enfrente de mis ojos (que tanto tiempo llevaba esperando), con ese color tan vivo que indica vida. Con ese color que se te graba en la retina.

Esas dunas hechas grano a grano que indica que todo lo grande está hecho de pequeños gestos. Esos gestos que cada persona lleva cargado en sus mochilas para dárselo a la gente que allí conocen y ven que lo necesitan. Esos gestos que no importa lo cargado que este una persona, que quiere llevar más para poder dar más. Esos gestos que la gente de allí nos da día a día para acogernos como en casa, esos gestos que te dan lo mejor que tienen para que tu estés bien, esos gestos que te llevan a pensar que somos nosotros los que estamos en oscuridad.

Ellos no necesitan luces artificiales para encontrar nada, porque solo te hace falta ir en oscuridad para encontrar, solo necesitas adaptar tus ojos a esa luz que siempre hay. Ellos no necesitan pensar en lo mal que están, sino en la solución que les ponen para salir adelante.

Cuando poco a poco comienzas a quitarte la venda de tus ojos de creer que vives en una sociedad mejor, te das cuenta que están hechos de otra pasta, de que no tienen tiempo para chorradas y de que cada día lo viven al máximo, de que cada día se levantan y son un poco más fuertes. De que olvidan las piedras que encontraron el día anterior para levantarse sonriéndole al mundo, porque sí así lo hacen otro nuevo día les llega y les sonríe. Te das cuenta que nos paramos a entristecernos por cosas sin importancia, cosas que no valen la pena y que dejamos escapar entre nuestros dedos las cosas verdaderamente importantes.

Lo que me llevo de los dos viajes, es ver cómo la gente abre la mente, como algo en el interior de la gente que va cambia, hace un click y a algunos los lleva a su siguiente nivel. Como la gente abre las puertas cerradas de sus prejuicios y dejan colarse a la gente de allí enseñándoles a entender y respetar su forma de vida. Siempre intentamos juzgar con nuestros ojos, pero en los dos viajes he podido ver como ese juicio se desvanece y como comenzamos a entender cada cosa que hacen, y porque lo hace.

Es un viaje que recomiendo a todos, creo que sería bueno para mucha gente ya que te permite conocer gente con tus mismos intereses y te permite conocer una cultura muy castigada socialmente en nuestro mundo, te permite entenderla y comenzar a respetarla, te permite quitarte la venda de los ojos y mirar a tu vecino musulmán de otro modo. Por eso admiro y aplaudo la labor que estáis haciendo, porque aunque no os lo creaís estáis dando vuestro grano de arena para cambiar las cosas para mejor. Me encanta la forma que tenéis de hacer las cosas, porque no vais imponiendo vuestras reglas ni vuestro criterio, sino que llegáis y les preguntáis,,, ¿Qué necesitas?.

Gracias a los dos, primero a Miguel por haberme abierto los brazos sin conocerme, por haber confiado en mí,,,, y segundo,,, a ti Juan,,, que puff que decir,,, gracias por abrirme las puertas de tu casa, por hacerme sentir que tengo un sitio, por preocuparte tanto por mí y por quererme en tu equipo,,,, que siempre será NARANJA jjeje

Enhorabuena por lo que estáis haciendo y GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por hacerme sentir parte de Viento Norte Sur.